Santa María la Real, en Logrezana, es una iglesia ejemplo del románico rural asturiano
Se dice que en dicho lugar existió un pequeño cenobio, que debió desaparecer a fines del medievo y para el que, en el s.XII, se alzó un templo románico que todavía conserva la advocación de Santa María la Real. El único recuerdo actual de la existencia de dicho monasterio es la «fuente de los monjes»
El templo románico era un edificio de nave única y ábside recto, con interesantes elementos escultóricos de estilo normando. En el s.XVI sufrió una gran reforma, como la construcción de la capilla mayor. Aún mantiene varios de sus elementos originales, como una ventana que ahora se puede ver en el muro sur y que procedía del ábside primitivo, la antigua portada rematado por un arco y la espadaña. Precisamente, uno de los elementos más destacados de esta iglesia es la mencionada ventana -de estilo prerrománico astur-, que consta de un arco de medio punto, apoyado sobre dos columnas cuyos capiteles cuentan con decoración con motivos faunísticos y vegetales. En uno de ellos se representan cuatro dragones.
El templo está catalogado como Bien del Patrimonio Cultural del Principado de Asturias.
foto de Picota y cepo
Pero, siguiendo con la historia… ¿se puede hablar de un templo poco afortunado?
Sufrió el conjunto una nueva reforma en 1875. Según el cronista Canella y Secades afirmaba que, al reformarse el templo en dicho año, «quedaba no poco de la antigua fábrica del templo».
Curiosidad: Santa María la Real fue habitualmente visitada por Leopoldo Alas, ‘Clarín'(1852-1901), durante su juventud, acompañando a su madre Leocadia. Años más tarde sería su esposa, Onofre, quien acompañara en sus visitas al templo al escritor durante sus meses de veraneo en Carreño.
Fue quemado en 1936, durante la guerra civil, sufriendo graves desperfectos. Emigrantes asturianos residentes en Cuba aportaron fondos para su reconstrucción en la década de 1940.
En la década de 1960, una fuerte explosión descontrolada, en la cercana cantera, provocó el derrumbe de su bóveda y otros desperfectos.
Parecía haber llegado el fin, para el maltrecho templo de Santa María la Real
foto de Picota y cepo
… y e ntonces, ¿se produjo el «milagro»?
¿a quién debemos que esta iglesia se pueda seguir visitando?
En 1960 había sido nombrado párroco de Logrezana don Manuel Martínez González (1926-2008)
Hombre afable, de gran pasión por su sagrado ministerio, y cansado de solicitar ayudas oficiales para la reconstrucción de su parroquia, recibiendo tan sólo buenas palabras y ningún dinero, el sacerdote consideró que quizá la ruina del templo era la forma mediante la cual su dios, cuyos caminos son inescrutables, le daba la oportunidad de ejercer su artesanal pasión de cantero.
Así , a partir de 1970, el párroco-constructor, asombrando a unos y entusiasmando a otros, fue recabando céntimo a céntimo lo necesario para reparar la maltrecha casa de su Señor. Luego se arremangó la desastrada sotana, tomó maza y cincel… y fue esculpiendo, piedra a piedra, con fiebre de profeta autodidacta y entusiasmado asturianista, recreando un candoroso «románico» entre rústico y surrealista.
Lo dará por finalizado en 1986, tras quince años de trabajo, cuando cumplía los sesenta años de edad.
El entusiasta «cantero» hubo de sufrir críticas, voces desalentadoras, reproches y censuras. También tuvo que padecer inconvenientes físicos, una esquirla desprendida de la piedra le alcanzó en un ojo y perdió la visión del mismo, aunque todo lo supo sobrellevar con entereza, gracias a su fe y al apoyo de sus fieles parroquianos.
¿Tiene mérito este sacerdote? Puede que a muchos no les guste el resultado de su obra, que no acabe de convencer, puede que incluso muchos se escandalicen de esta estructura y sus imágenes «naíf» adosadas a los restos románicos, pero debemos considerar en que estado ruinoso encontró, el párroco, la parroquia que le habían adjudicado
… y no cabe duda de que nos encontraremos un templo «único» con un candoroso «románico» entre rústico y surrealista.
Sagrada familia foto de Picota y cepo
Tagged as: LLOVER , QUE HACER