El Antiguo, como se conoce popularmente al casco histórico de Oviedo, conserva casi intacta su faz de “regia sedes”, de urbe vinculada a la monarquía asturiana en sus recios orígenes. Por esta razón una vuelta por la ciudad antigua es un mano a mano con la historia. Entre las estrechas y sinuosas calles del Antiguo muchos siglos de historia nos contemplan.
Mirando hacia el cielo como con vocación de alcanzarlo está la torre gótica de la Catedral, que preside majestuosa la plaza de Alfonso II el Casto, quizá la más famosa de la ciudad, y uno de los puntos de encuentro en el paseo por el casco histórico.
La catedral ovetense es referencia universal y primigenia del Camino de Santiago, así que no resulta extraña la presencia continuada e incesante de peregrinos, como un eterno goteo. Como tampoco resulta extraña la curiosidad que suscita la Cámara Santa – Patrimonio de la Humanidad -, que aún conserva la esencia de capilla palatina, tal como la concibió el propio Alfonso II, y que hoy alberga las reliquias y joyas de la antigua monarquía asturiana, pionera de la cristiandad occidental europea.
Un paseo por esta “regia sedes” es casi como caminar por las nubes, y es que en muy pocos metros cuadrados descubriremos cinco torres, que son el testimonio sostenido en pie a lo largo de siglos y siglos de cómo surgió y fue evolucionando la ciudad y Asturias. Las cinco torres de esta “regia sedes”, que se van descubriendo con una mirada atenta por el casco antiguo son la de Santa María La Real de la Corte, colindante al convento de Las Pelayas, que también tiene su torre; la torre románica de la catedral, así como su torre gótica, y la torre de San Tirso el Real, Iglesia ésta fundada por Alfonso II el Casto y que aún conserva el alfiz – moldura que sustenta un arco prerrománico – más antiguo de la cristiandad europea occidental .
Cinco torres en un breve recorrido circular que le confieren a la ciudad un aire histórico, medieval, renacentista y dieciochesco; un aire ecléctico y único en Europa.
A la par que se sigue el rastro regio, algunos vestigios artísticos en forma de esculturas nos ponen a la vista el alma literaria de un Oviedo que ha sido inspirador de novelistas como Leopoldo Alas “Clarín”, Ramón Pérez de Ayala o Armando Palacio Valdés…
La “regia sedes” no ha perdido un ápice de su esencia, y hoy en día continúa siendo musa ineludible para muchos creadores…
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