Este recorrido costero comienza en la Villa de Navia, desde cuyo puerto cruzamos el puente y caminamos por carretera general algo más de un kilómetro, donde cogemos una desviación a la derecha que nos lleva hacia el litoral, dejando a un lado el Palacio de Mohías, también conocido como de Santa Cruz o Cienfuegos-Jovellanos.
Entre Prados y tierras de labor continuamos camino en dirección norte, pasando por Foxos primero y luego en busca de la bella playa de Arnielles, con sus larga escalinatas, y que recorreremos de este a oeste. Pasada la playa se toma un camino que, en dirección al mar, bordea el cabo y nos conduce al pueblo marinero de Ortiguera, donde prosigue este recorrido costero, que transcurre por la parte alta del pueblo. Luego se dirige hacia el oeste, pasando al lado de un mirador sobre los acantilados, en el que aún se conserva un pozo de aguas dulces que antaño abastecía a los moradores de este pueblo.
Siguiendo en dirección sur hasta alcanzar las praderías de Carrileiras, y dejando el barrio de Medal atrás, se llega al acantilado de A Figueira, desde donde se puede observar en el fondo la playa del mismo nombre. A la playa se accede por una escalinata con multitud de peldaños no aptos para gente con vértigo.
Sumando pasos se llega a una pasarela sobre un arroyo de pequeño caudal, pero no por ello menos vistoso, ya que conserva un frondoso bosque de ribera. En un tramo llano ya se encuentra el núcleo de Lloza, con una entidad y un número de vecinos ya importante.
Una vez superadas las antiguas escuelas y la capilla, el camino lleva a la ensenada de Torbas y a la playa con el mismo nombre, en la que se puede descansar en alguno de los miradores que hay en sus inmediaciones.
Llaneando a través de las pequeñas rasas costeras de Salias y Acibús se alcanza una nueva zona de playa denominada D’Armazá. Se debe crestear un poco para llegar hasta San Cristóbal, dejar a la izquierda el Barrio de Castello yrápidamente acercarse a la Playa de Castello, y luego a la de Cambaredo.
Sobre ésta se puede disfrutar de una espléndida área de descanso y de un mirador sobre el mar Cantábrico. Un hito monolítico, de nombre «Ventana abierta al horizonte», del escultor Ernesto Knorr, dejará, seguro, a más de uno sin palabras.
Retomando la marcha, ya con la certeza de estar próximo el final de este recorrido, el camino atraviesa otra minirrasa costera conocida como A Senra, y llega a la playa de Pormenande, frecuentada por los habitantes de la villa de La Caridad.
Luego, en ascenso a través de una zona de bosquete autóctono ya se adivina La Atalaya, donde se encuentran las antiguas escuelas, con un parque infantil, y los almacenes de pescadores. Finaliza la ruta en el núcleo de Viavélez, después de recorrer unos 11,9 km, donde se puede disfrutar de la vista de su romántico puerto pesquero.