Los Puertos de Marabio se encuentran entre los concejos de Yernes y Tameza, Teverga y Proaza.
Es un espacio natural protegido por la existencia de un peculiar complejo kárstico, formado por dolinas y valles ciegos que le dan un gran interés hidrogeológico.Existen en la zona multitud de cavidades subterráneas, en muchas ocasiones conectadas entre ellas (el Sumidoiro del Fondadal (156 metros), la Cueva del Vistulaz (3.000 metros) y el sistema Vegalonga (5.900 metros)) si bien aparte de estas existen miles de cavidades en la zona. Muchos de estos valles ciego se inundan debido a la multitud de arroyos que existen en la pradería formando bellas lagunas como la de Barrera, la de Vega Castro, la de Foslayegua o la de Tambaisna.
Este Monumento Natural está incluido en el Paisaje Protegido del Pico Caldoveiro.
Podemos acercarnos en coche, y una vez en el puerto optar por distintos circuitos y senderos que discurren entre brañas y colladas de lomas vecinas sin precisar un recorrido concreto. Se trata de pasear y en todos los casos encontraremos paisajes soñados que nos ofrecen unas panorámicas esencialmente asturianas.
Ruta Teverga – Puertos de Marabio
Tipo: Circular
Distancia: 8,5 Km
Dificultad: Fácil
Duración: 3 horas
DESCRIPCIÓN
LOS Puertos de Marabio tradicionalmente se han venido utilizando como pastos de verano para el ganado de los diferentes pueblos, que suben sus reses en primavera y las bajan en otoño. Pero lo más característico de esta zona es el paisaje endocárstico, que se debe a la acción erosiva del agua sobre la roca caliza, dando lugar a formas muy características, como dolinas, sumideros y valles ciegos en superficie y un entramado de cavidades, muchas de ellas conectadas entre si, bajo tierra.
La ruta comienza junto a la Ermita de Santa Ana, de gran devoción en la zona y en cuyas camperas se celebra romería cada mes de agosto. Cerca de la ermita existe un mirador con una mesa interpretativa desde el que dominamos los valles y cumbres de Teverga. También es posible avistar algún ejemplar de la fauna local, como jabalíes, corzos o buitres.
Tras cruzar la carretera, nos introducimos por una pista de tierra en una zona rodeada de pastos. Pasando al lado de una fuente con agua potable, dejamos ese camino para ascender hasta un collado en el que crecen varios ejemplares de espino, árbol muy común en Marabio junto con el acebo; estamos en Michaorio. Cumbreamos dando vistas a un sin fin de cimas, desde Ubiña a Sobia pasando por Somiedo; pronto descendemos hacia el noroeste, llegando a las cabañas de la Braña de La Monxal. Todo el territorio de Marabio está salpicado de cabañas, muestra de la gran importancia ganadera que tuvo en el pasado y aún hoy mantiene.
A partir de este punto, nuestros pasos nos llevan por la pista asfaltada que lleva, en el sentido contrario, al vecino pueblo de Villamayor. Tras dejar atrás el Alto de Santiago y el camino que nos lleva a la Capilla de Santa Cristina, entroncamos con el GR 101.1, un ramal secundario del Camín Real de La Mesa que baja hacia Villanueva de Santo Adriano. A partir del cruce con la carretera que se dirige a Tameza, tenemos dos opciones, o continuar por la carretera siguiendo las marcas del GR o seguir las marcas del PR que estamos haciendo y que van por un sendero paralelo y muy cercano a dicha carretera; ambas opciones son válidas, dependiendo de cómo esté el camino de barro o maleza.
Cerca de una gran cabaña conocida como Casa de Don Pablo dejamos el GR para continuar nuestros pasos hacia en Fondadal, donde existe una charca para el ganado. Muy cerca, a la derecha de nuestra marcha, está el gran sumidero de Piedrallonga. Sólo nos restan unos metros hasta vislumbrar de nuevo la Ermita de Santa Ana, donde cerraremos el circuito.