Esta histórica ruta comienza en el pueblo de Tazones, donde hace cinco siglos desembarcó procedente de Flandes Carlos V, futuro rey de España, que posteriormente se desplazó hasta Villaviciosa para descansar unos días.
A unos 60 metros del puerto, encontramos el Hotel Imperial, y junto a él un panel informativo que nos explica todo acerca de la ruta: historia, planimetría, mapas… Además, esta ruta está muy bien señalizada: presenta placas, pequeños postes de madera y marcas de ruta en pintura, lo que garantiza la imposibilidad de pérdida. Dejamos este panel atrás y procedemos a seguir por el camino empedrado que viene marcado por las placas de color azul.
Un poco más adelante, a unos 130 metros, giramos hacia la izquierda, continuando el camino entre las casas del hermoso pueblo. Vamos a llegar a un camino de pavimento con pasamanos de madera, también señalizado con una baliza de madera; ascenderemos por él pasando entre árboles, como el olmo menor, y un conocido restaurante de la zona.
Llegando a los 700 metros de recorrido, nos encontramos con un cruce con la carretera VV-5, que atravesaremos con precaución, como marcan los carteles, para seguir el recorrido por el camino de enfrente. Unos metros más adelante, vemos una desviación hacia la derecha, pero nosotros continuamos nuestro camino.
Alcanzado el primer kilómetro, nos desviamos a la derecha y continuamos por el camino hasta llegar al pueblo de Lliñeru/Liñero, haciendo caso omiso a los desvíos que nos aparecerán.
Al 1,200 kilómetros de recorrido, kilómetro 2,2, llegamos a Lliñeru/Liñero, donde tomamos el ramal de la derecha siguiendo todo recto, sin desviarnos en ningún momento, hasta haber avanzado un kilómetro más, aproximadamente, donde el camino se bifurca y nosotros giraremos a la izquierda, para llegar al siguiente pueblo, Samartín/San Martín del Mar. Aparecen dos desvíos hacia la izquierda, pero nosotros continuamos por nuestro camino.
En el kilómetro 4,3, ya nos encontramos en Samartín/San Martín del Mar, desde donde podemos observar la preciosa ría de Villaviciosa, reserva natural parcial que sirve de refugio y zona de descanso de aves migradoras; los porreos, terrenos ganados a la marisma mediante la construcción de diques destinados, principalmente, a usos agrícolas y ganaderos, y el molino de mareas de la Encienona, construido en 1880, que aprovechaba el flujo y reflujo del agua del mar para mover sus muelas y triturar la harina.
Unos 200 metros más adelante, aún en Samartín/San Martín de Mar, tenemos la oportunidad de poder visitar su iglesia y, próxima a ella, su tejo centenario del siglo XVIII; sólo hace falta seguir las indicaciones que presenta el cartel que nos encontraremos en el cruce. Continuamos nuestro camino hacia la derecha.
Cuando llevamos caminados unos 6,2 kilómetros, aproximadamente, hallamos una preciosa cascada, también señalizada, hasta ahora casi desconocida, que se encuentra en el arroyo de los Molinos. Presenta una importante población de Woodwardia radicans, conocida comúnmente como píjara, helecho tropical que aparece en el catálogo regional de especies amenazadas de la flora del Principado de Asturias y que sólo cuenta con 23 poblaciones conocidas, una de ellas en el pueblo del inicio de esta ruta, Tazones.
Unos metros más adelante volvemos a tener un cruce peligroso con la carretera AS-256, por la que transitaremos unos 200 metros hasta encontrar otro camino hacia la derecha que tomaremos para llegar al siguiente pueblo.
Una vez situados en Bedriñana, kilómetro 8,4, encontramos un cruce en mitad del pueblo; tomamos el camino que sigue de frente para salir de él, no sin antes visitar la iglesia de San Andrés de Bedriñana, hacia nuestra derecha, declarada Monumento Nacional en 1931 e incluida en el prestigioso elenco de iglesias prerrománicas de la región asturiana.
Continuamos por nuestro camino sin desviarnos hasta llegar al kilómetro 10, donde vuelve a unirse con la carretera AS-256, por lo que debemos tener cuidado, hasta llegar a Villaviciosa, punto final de nuestra ruta.
Un kilómetro y pocos metros más adelante, nos hallamos ya en Villaviciosa, desde donde también podemos empezar la ruta. En esta preciosa villa se encuentran la iglesia de Santa María de la Oliva, templo románico con elementos de transición al gótico declarada Monumento Nacional en 1931; y la casona de los Hevia, que el año 1517 contó con la presencia del ilustre Carlos V de Alemania, quien procedente de Flandes venía a la Península para convertirse en Carlos I de España, de ahí su valor histórico y artístico.
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Villaviciosa foto de Rucabe Fotografía
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