Desde tiempo inmemorial se venera en Salas a la Virgen del Viso, siendo este santuario mariano uno de los más destacados – junto al del Acebo en Cangas del Narcea -, de todo el occidente asturiano.
Cuando llegas al Viso te impresionan sus robles centenarios, sus cruces clavadas en la roca, sus vistas panorámicas, como si de una atalaya infinita sobre el paisaje se tratara y los versos que allí rezan:
Oh mi Virgen del Viso,
Yo de ti no me despido,
Que para el año que viene,
Tengo que volver si vivo
Al Viso acuden los devotos de todos los lugares, además de los salenses que desde siempre celebran esta advocación.
Pero si no eres devoto, no importa. Decenas de viajeros llegan haciendo senderismo o bici, o simplemente parando con su coche en la zona para deleitarse con el entorno.
Además, si continúas un poco más por la carretera hacia lo más alto, te encuentras el mirador del Viso, donde tienes una agradable área recreativa y donde en los días despejados podrás contemplar las montañas de media Asturias.
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LOCALIZACIÓN Y DETALLES